martes, 17 de diciembre de 2013

Trama fraudulenta con la carne de caballo en Francia

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La red de tráfico de carne de caballo fraudulenta, en la que hasta la fecha han sido detenidas 21 personas, tenía su sede en la localidad francesa de Narbona, y falsificaba la trazabilidad de esos animales para poder vender su carne.


La Fiscalía de Marsella ha precisado que ningún análisis toxicológico ha probado de momento que la carne de caballo fraudulenta que se comercializaba como apropiada para la alimentación fuera perjudicial para la salud. El fiscal de esa localidad, Brice Robin, ha indicado en conferencia de prensa que el hecho de que no fuera considerada como apta para el consumo humano no implica que fuera "tóxica" para la salud. 

También ha reconocido que lred tenía ramificaciones en el extranjero: hubo animales que fueron exportados a otros países, principalmente España, y otros que fueron importados y sobre los que, según el fiscal, "surge de nuevo la cuestión de la trazabilidad".

La operación para desarmarla comenzó este lunes en once departamentos de las regiones Languedoc Rosellón, Provenza Alpes Costa Azul y Midi Pyrénées, y llevó a la detención principalmente de negociantes de carne, pero también de cuatro carniceros y de un informático.

Un fraude contra las normas sanitarias, "no sanitario"

"Nos encontramos con un fraude a las normas sanitarias, no con un fraude sanitario", indicó el fiscal, según el cual la investigación abierta se remonta a mayo de 2011 y ha permitido detectar que había unos 200 caballos cuya carne se comercializaba.

Sesenta de esos animales procedían del laboratorio farmacéutico Sanofi Pasteur y, de ellos, se ha podido confirmar que dos tenían un certificado falso.

Esa empresa, "dentro de la legalidad", los revendía a centros ecuestres con la prohibición explícita de dedicarlos a la alimentación humana, y va a constituirse como parte civil porque se considera "una víctima" más del caso.

La red tenía ramificaciones en el extranjero: hubo animales que fueron exportados a otros países, principalmente España, y otros que fueron importados y sobre los que, según el fiscal, "surge de nuevo la cuestión de la trazabilidad".

El objetivo de los traficantes era "conseguir beneficios sustanciales" en la reventa de esos animales, que podían ascender a los 300 euros por ejemplar.

La falsificación de los documentos administrativos y el fraude, que no tiene el agravante de que fuera perjudicial para la salud, podría suponer hasta cinco años de cárcel para los detenidos.

Este escándalo llega menos de diez meses después de que estallara otro que también tuvo que ver con la carne de caballo, y de dimensión europea.

En aquella ocasión cientos de toneladas de carne de caballo habían sido importadas de países del este de Europa por negociantes que las vendían a plantas de transformación francesas, donde acababan integrándose en platos prefabricados en cuyas etiquetas aparecían no como lo que eran, sino como vacuno.

En este caso, según el fiscal, no se engañó sobre el tipo de carne vendida, sino que se blanqueó la trazabilidad de la misma, para hacerla pasar como apropiada para el consumo humano.

Investigación en España

Dentro de esta trama, varios agentes de paisano de la Guardia Civil han registrado las instalaciones de la empresa Escorxador de Girona SA, ubicadas en el polígono industrial de Mas Xirgu de la capital gerundense. Los agentes, que han cargado varias cajas con documentación en sus vehículos, investigan la presunta relación de esta empresa con una red francesa que comercializó de forma fraudulenta carne de caballo procedente de empresas farmacéuticas que los utilizaban para la experimentación.

Fuentes próximas a la investigación, que cita www.elperiodico.com han descartado que esa carne haya sido comercializada en España.

Fuente: agroinformación.com